NUEVO ESCÁNDALO EN LA UPAV, ALUMNOS DE GASTRONOMÍA ACUSAN DE DESFALCO A LA DIRECTORA
| 10 de Agosto 2014 | 00:00 hrs.
Redacción Crónica Veracruz
Estudiantes de gastronomía de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV), en el municipio de Boca del Río, denunciaron el aparente desfalco que la directora, Rosa Uscanga, ha realizado a expensas de los alumnos.
El grupo de inconformes, solicitó que sus nombres no fueran revelados por temor a represalias, pues actualmente temen que los estudios que hasta ahora han emprendido sean completamente nulos.
La más reciente evidencia del abuso que la directora realizó, es la actual desaparición de comprobantes de pago de alumnos. Aunque los estudiantes más precavidos guardaron sus comprobantes, el registro de contribuciones que la institución debía tener en su poder, y reportado en Xalapa, no aparecen desde el último cuatrimestre del 2012.
Según la versión de algunos alumnos, al comunicarse vía telefónica con el personal de la oficina central de la UPAV, se les informó que los pagos correspondientes a los comprobantes desaparecidos no fueron notificados, como si nunca se hubieran inscrito.
Los estudiantes han reunido todos los comprobantes con los que cuentan para avalar su inscripción ante Xalapa, en caso de que algunos no estén incorporados en la matrícula.
La sospecha, indicaron, producto de la constante tendencia a retener recibos, a ocultarse y ausentarse las semanas siguientes a los pagos, y en algunos casos, entregar por comprobante un trozo de papel firmado a mano y con el sello de la Upav, pero sin ningún formato ni membrete oficial.
Los estudiantes calcularon que cerca de 200 mil pesos por cuatrimestre han desaparecido, desde los últimos 5 ciclos que han cursado, un millón de pesos en promedio.
A decir de Graciela Sánchez, seudónimo empleado a solicitud de la denunciante, el personal administrativo de Boca del Río ha solicitado a los alumnos que presenten todos los comprobantes de pago que han realizado a la fecha pues el registro "se perdió", sin mayor justificación.
Los alumnos deberán volver a pagar por cada recibo que no presenten, así como lo harán los egresados, a los que hasta la fecha se les ha detenido el proceso de titulación.
Uno de los aspectos que genera más suspicacia entre los alumnos, son las contribuciones injustificadas que tienen que pagar para estudiar en la UPAV, sobre todo con un mecanismo de completa inseguridad.
"De cada cuatrimestre pagamos 2 mil 900, 2 mil son para la universidad que se deposita directamente a la UPAV. Los 900 restantes se supone van para el pago de la cocina, pero de esos 500 los tenemos que depositar a la cuenta de la directora y los 400 restantes se pagan directo a las secretarias", explica Graciela.
La alumna mostró una ficha de datos bancarios en los que aparecen las dos cuentas para el pago de la inscripción. En la primera, a nombre "alianza por el fomento a la educación A.C." por concepto de 2 mil pesos, y 500 más a nombre de Rosa Uscanga; avalando sus declaraciones.
El pago por instalaciones en la UPAV no está contemplado en la tarifa del cuatrimestre porque la universidad no tiene facultades propias. Cada una de las carreras que la Autónoma imparte cuenta con un espacio prestado por instituciones públicas o privadas.
En el caso de la licenciatura de gastronomía en Boca del Río, los alumnos reciben la instrucción teórica en las aulas de la Escuela Secundaria General Número 2 y deben pagar por el espacio para el taller, pues no cuentan con permiso para hacer uso de la cooperativa, que es de posesión privada
De nuevo, el desvío de fondos se hace evidente, pues las instalaciones supuestamente "alquiladas" con la cuota de los alumnos no corresponde con las cantidades que maneja su directora.
En total, cada alumno paga 900 pesos por uso de cocina, multiplicado por un promedio de 70 alumnos repartidos en 4 grupos. Poco más de 60 mil pesos por cuatrimestre son reunidos para "pagar la renta" de una cocina en desuso, en una colonia popular de la ciudad.
Dicha cocina, denunciaron los jóvenes, no cuenta con las instalaciones necesarias para prácticas de nivel profesional, ni siquiera para un curso breve de cocina.
El espacio no cuenta con ventilación ni con aire acondicionado, no se les proporciona equipo ni vajilla para sus presentaciones y en los 900 pesos que cada alumno paga por adelantado no se contemplan ni los ingredientes, ni el equipo, ni los recipientes adecuados, mismos que cada uno debe llevar a la práctica. A su vez, la tarifa eléctrica y el uso de gas para la estufa y horno se pagan aparte.
Además del sobrecobro, los estudiantes de gastronomía advirtieron que las sesiones prácticas son escasas pues el sistema de enseñanza es sabatino. Cada cuatrimestre, explicaron, hay unas 2 sesiones prácticas para cada grupo, y en el presente periodo escolar, algunos ni siquiera han ido a la cocina, aunque ésta ya se pagó.
Ayer sábado, la directora no se presentó a las instalaciones y no ha dado explicación a los reclamos del alumnado, por lo que los jóvenes inconformes se plantean proceder con denuncias formales en su contra.